La importancia de los retenedores en la ortodoncia

Los retenedores en la ortodoncia son las piezas que se colocan en la dentadura una vez ha finalizado el tratamiento. En realidad, podemos hablar que son una parte más del tratamiento, pues la función de los brackets es alinear los dientes, pero con los retenedores lo que se consigue es que esa nueva posición se mantenga y las piezas no recuperen su posición inicial.

Retenedores, tan importantes como los brackets

Mucha gente cree que los tratamientos de alineamiento dental finalizan con la retirada de los brackets, pero la realidad es que los retenedores en la ortodoncia son capitales, pues si no se respeta esta fase, las piezas dentales acabarán volviendo a la posición que ocupaban antes, dejando prácticamente por inútil todo el tratamiento anterior.

Si bien este fenómeno ocurre en todas las edades, los retenedores en la ortodoncia son más importantes durante la infancia y la adolescencia, pues es todavía momento de desarrollo y las piezas dentales quieren seguir encontrando su hueco en la cavidad bucal.

¿Cuál es el tiempo de uso de los retenedores?

De tres a cuatro meses es la fecha más habitual, aunque cada tratamiento es particular y va a depender de la evolución que sigan los dientes. Por lo general, los retenedores no causan molestias, no interrumpen el habla y no ocasionan dolor. En ese tiempo hay que usarlos de manera integral, todo el día, y cuando pasen los primeros meses, si la evolución es positiva, se podrán retirar durante la mañana y colocarlos solo para dormir.

Los retenedores pueden ser fijos o removibles. Cuando son fijos consisten en láminas de alambre trenzado que se colocan en los dientes en su cara interna con ayuda de composite, de canino a canino, sin necesidad de llegar hasta los molares.

Las férulas son los retenedores removibles. Son más cómodos porque se quitan y se ponen fácilmente y están elaborados específicamente para cada usuario.