¿Te molestan las muelas del juicio?
Las muelas del juicio causan grandes estragos en muchas personas. Estas piezas pueden no presentarse en el conjunto de la dentadura o aparecer ya muy avanzado el proceso de dentición. En la nomenclatura dental se corresponden con las piezas 18, 28, 38 y 48.
Una vez nacen pueden generar muchos problemas de molestias y dolores, aunque es cierto que en algunas personas no erupcionan. Habitualmente aparecen entre los 16 y los 21 años de edad.
¿Cómo sabemos que están naciendo las muelas del juicio?
Hay síntomas muy clarividentes de la erupción de los terceros molares. Dolor o inflamación en la parte trasera de la dentadura es uno de ellos, al igual que el enrojecimiento de la zona. Otra muestra de este proceso es la pericoronaritis, que es también dolor e inflamación en el hueco donde erupcionan las muelas del juicio.
Por otra parte, en muchos casos el nacimiento de estos dientes contribuye al apiñamiento de otras piezas, sobre todo cuando el espacio disponible es muy reducido. Esto puede derivar en mordida, es decir, modificar la oclusión.
¿Cómo poner solución a estos problemas?
Los dentistas recomiendan extraer las muelas del juicio ya que no son absolutamente necesarias para el proceso de masticación. Con esta solución desaparecen los dolores y se favorecen los tratamientos de ortodoncia, pues la alineación del resto de dientes se vuelve más sencilla.
No obstante, no siempre es necesaria su extracción, pues si ocupan la posición adecuada, salen totalmente sin apiñar el resto de dientes y se pueden mantener limpias con normalidad durante la higiene diaria, además de estar sanas, se puede convivir con ellas sin riesgo alguno.
La vía para acabar con las muelas del juicio es anestesiar al paciente de manera local y extraerlas. Una vez retiradas, el paciente debe medicarse durante unos días para reducir la inflamación y recuperar la sensibilidad.